Existen bases científicas que afirman que el ser humano está compuesto de energía. Lo que además nos hace sensibles a ciertos estados emocionales tanto propios, como los de personas cercanas o de los entornos que habitamos. Por ello todo lo que podamos aplicar para mantenernos enfocados y en excelente nivel vibratorio traerá grandes ventajas a nuestra vida diaria.
Cuidar de nuestra energía personal es una de las tareas primordiales para equilibrarnos física, mental y espiritualmente. Luego de habituarnos a ello los beneficios de su aplicación son palpables.
¿Cómo cuidar la energia personal?
- Cultive el hábito de ser agradecido
Aunque esto se encuentra muy en boga, al practicarlo de forma consciente va renovando nuestra energía paulatinamente y el mejor momento para entrar en gratitud es al despertar. Podemos clasificar con el nombre de “gratitud” la alarma en el celular. O si utilizamos reloj de alarma convencional colocar un post con la palabra “gracias” cerca del aparato.
De este modo estaremos “obligados”; sí al principio puede ser una obligación, luego al convertirlo en un hábito nos vamos sintiendo cómodos con el hecho agradecer por tener una nueva oportunidad de estar aquí y apreciar todo el contraste que este planeta nos brinda día a día.
Ejemplos de gratitud: Agradecer por el agua de nuestra ducha, el mobiliario del que disponemos y lo cual nos hace la vida más cómoda. Por el carro que tenemos o por el conductor que nos acerca a nuestros destinos día a día.
Así poco a poco vamos encontrando motivos para vibrar en gratitud, incluso por el compañero o el jefe que nos hace los días difíciles. Porque de esa forma nos está colocando una camisa de fuerza que nos impulsa a desear estar en un lugar mejor o hacer algo por ir tras nuestros sueños. - Poner límites
Este es tal vez uno de los más difíciles para algunas personas, pero es sin duda uno de los más poderosos para cuidar nuestro nivel vibracional; decir no, es una forma de amarnos. Sobre todo cuando el sí que damos por culpa, comodidad, o porque “me toca” nos lastima o afecta a tal punto que accedemos a ciertos compromisos llenos de amargura, tristeza o desilusión.
En este punto “ese favor” ni siquiera llega al destinatario de la forma correcta. Llega con malestar y tarde o temprano empieza a generar una tensión energética que decantará en conflictos para todos los involucrados.
Este hábito es sumamente delicado y coyuntural, pues es el más común para hacernos decaer emocionalmente y muchas veces está vinculado a familiares cercanos o amistades, a quienes nos cuesta poner límites por costumbre o para evitar que “piensen mal de nosotros”.
Una de las formas de amarnos es hacer todo con amor y excelente disposición. Por lo que el compromiso o favor que hagamos tendrá resultados maravillosos. - Inicie una nueva actividad
Puede ser de forma eventual hasta incluirla en la cotidianidad. Vencer las excusas y tomar consciencia del bienestar que le aporta a su cuerpo este cambio le dará pequeñas, pero contundentes satisfacciones.
Estas actividades pueden ser practicar algún deporte, aprender un arte nuevo, un idioma o conocer un nuevo lugar, etc.
Lo importante es crear una desconexión de lo rutinario e integrar cambios positivos en su estilo de vida que le ayuden a escalar retos personales. - Tener plena consciencia de los pensamientos
Éstos constituyen una de las formas más fáciles de perturbar nuestra paz. Tenemos alrededor de 60 mil pensamientos al día y sería interesante detenerse a analizar cuántos de ellos son realmente positivos, esperanzadores, optimistas o de paz.
La ansiedad nos puede perturbar de tal modo que un sólo pensamiento cargado con emociones de bajas vibraciones conlleva arruinar todo un día. Mientras más se baja en la escala de emociones es y será mucho más cuesta arriba volver a sentirse pleno. Normalmente este es el espiral donde las situaciones se tornan cada vez más complicadas o sin posibles salidas.
Preste más atención a sus pensamientos y emociones. Si bien es cierto que se pueden presentar situaciones realmente difíciles, puede hacer una pausa y reconocer que a pesar de ser vulnerables. Toda situación cambia y con este pensamiento se puede pasar a otros más inspiradores para ir recuperando la seguridad y encontrar posibles soluciones al reto que se presente. - Pedir ayuda
Solemos pensar muchas veces que pedir ayuda ante situaciones difíciles nos hace inferiores o en desventaja y desde mi trabajo con el mundo angelical me han manifestado que cuando acudimos a Dios o al ser superior en el cual creemos esta energía actúa para que encontremos la solución, muchas veces en forma de un ser cercano, pero cuando la mente del ego se apodera de nosotros alejamos o descartamos por completo esta posibilidad para mejorar la situación.
Una forma de vencer la duda si se trata en efecto de una respuesta a nuestra petición, es pedir que se nos confirme de algún modo. Vale acotar que los ángeles aprovechan muy bien la tecnología para hacernos saber sus mensajes y desde imágenes por medio de redes sociales o hasta por correos electrónicos con información de páginas a las cuales estamos suscritos. Nos harán llegar la certeza o confirmación de nuestra pregunta.
En resumen
El mundo espiritual sabe muy bien cómo actuar a nuestro favor cuando estamos en aprietos. Sólo debemos confiar y abrirnos a recibir la ayuda que vendrá de todas las formas posibles, pero casi siempre a través de las personas que nos rodean.
El cuidado de nuestra energía personal es la mejor forma de amarnos y de mantenernos en la disposición de seguir expandiéndonos como seres en evolución. También nos permite aprovechar cada oportunidad que se nos presente para mejorar nuestra vida en aspectos como la salud, la prosperidad, las relaciones y hasta para encontrar nuestro propósito de vida.